domingo, 23 de septiembre de 2012

lunes, 28 de noviembre de 2011

Quedan tres meses más

Después de enterarme que mi corazón no estaba funcionando como el de cualquier persona corriente, decidí seguir con uno de los consejos -el principal ciertamente- que mi médico me había recomendado.
Llevaba años en mi trabajo y a mi edad el stress era bastante insoportable, por lo cual presenté la renuncia y mediante un acuerdo con la empresa cobré indemnización como si hubiera sido despedido.
Decidí tomarme las cosas de forma más tranquila, y a la vez como siempre quise vivirlas.
Tuve la suerte de conocer a un editor de novelas y cuentos, que hace tiempo insistía con que publicara uno de mis trabajos. Nunca le había hecho caso porque siempre pensé que no iba a poder vivir de mis textos fantasiosos. Pero a esta altura no importaba. No quedaba mucho más que hacer y quería cumplir con uno de mis sueños de adolescente con lo que me quedaba de vida.
Habiendo vendido mi propiedad, tomé el auto y fui por la carretera.

El paisaje, según como iba queriendo verlo, acompañado por la música, me llevó hacia un pueblo alejado de la ciudad.

Elegir la nueva casa no costó demasiado. Era hermosa. Antígua y con olor a viejo, cosa que me molestaba, pero para cuando decidí comprarla, ese era el olor que buscaba, ya que indicaba que había resistido el paso de los años, y no era ninguna de esas propiedades mal construídas a base de cal y paredes finas e inestables.

Qué equivocado estuve!

La primer noche pude darme cuenta que aquel lugar no me pertenecía.

Sentado en mi escritorio, corregía viejos cuentos, acompañado por una lámpara que emitía la suficiente luz para poder ubicarla taza de café que estaba al lado de mi portátil.
Bach estaba sonando de fondo, muy sutilmente, con su Clave Bien Temperado, interpretado en el instrumento para el que fue tocado por Gustav Leonhardt. La clásica siempre acompañó mis mejores momentos de desvaríos, y para no romper la racha, esa noche no sería la excepción.

"Descansé en tu cuerpo y sentí que la muerte no podía ser más hermosa que de esa forma. Mientras tus lagrimas caían en mi rostro me despedí de vos, sonriendo."

Había terminado. Vi vista aun no requería de anteojos, pero sí se cansaba con más facilidad.
Apagué la portátil luego de guardar el documento y enviarlo por mail a la casilla del editor.
Me levanté de la silla y noté que las piernas me temblaban del cansancio.
Mi corazón latía fuerte y mirando el reloj maldije por olvidarme de tomar las pastillas que acomodaban mi ritmo cardíaco. Una de ellas era enorme y la detestaba porque solía quedar un largo rato en mi garganta por más que tomara agua hasta llenarme la panza. Supongo que esa negación por tomarlas había logrado hacer olvidara tomarlas en horario esa noche, y la anterior, y la anterior, la anterior… y seguramente la próxima.
Caminando hacia la cocina a oscuras comencé a sentir frío. La sensación fue inmediata, como cuando uno ingresa a un comercio con aire acondicionado, y me pareció raro, ya que el ventilador de pie que tenía encendido era inútil frente al calor abismal de verano que hacía esa noche.
Supuse que era un efecto nuevo de mi malestar, y volví a maldecir. Mi corazón comenzó a latir más fuerte y recordé que mi médico me había hecho otra recomendación importante: “Cuente hasta diez. Relájese.”
Cada paso que daba hacia la cocina representaba un número y cada dos pasos inhalaba y exhalaba el aire de mis pulmones.
De pronto, comencé a ver salir el vapor desde mi boca, imperceptible en verano, pero muy frecuente en invierno, cuando la temperatura del ambiente difiere de la corporal. El frío no era normal y me sentí en el refrigerador de una carnicería.
Mientras más pasos daba a la cocina, la luz se volvía cada vez más tenue. El clave de Bach era casi imperceptible a mis oídos.
Fue inevitable comenzar a asustarme. Cerré mis ojos tan fuerte como pude, tratando de relajarme. Pero lo que logré con eso fue sentir como en mi interior mi corazón latía a ese ritmo que una vez me llevó desde el trabajo a la guardia del hospital, inconsciente y moribundo.
Cuando abrí los ojos, estaba frente a mí esa horrorosa figura. Sonriendo y con ojos brillantes. Desnudo de pies a cabeza, todo marcado por cortes en diferentes partes del cuerpo, suturados con lo que parecía ser hilo de carnicero.
Quise gritar, pero no tenía aire. Las figuras a mi alrededor comenzaban a desvanecerse y me sentí mareado.
Me di la vuelta dispuesto a correr, pero apareció detrás de mí, como si se hubiera tele transportado.
Sentí un dolor punzante en la boca del estómago. Miré mi cuerpo y un cuchillo abría mi piel al ritmo frenético de su mano. Mi sangre chorreaba sobre su desfigurado rostro que reía a carcajadas.
Mi mente se apagó.
Olí a flores de jazmin.
Desperté sobre la cama gritando.
Miré a mi alrededor y la luz del día era fuerte. Ubiqué el reloj-despertador. Marcaba las doce en punto.
Fue un sueño.
Me levanté de la cama. Las piernas aun me temblaban de la impresión. Me dolía la panza del susto.
Fui al baño porque sentía la necesidad de orinar. Llegando al espejo miré mi rostro ojeroso, pero después noté que mi remera tenía unos manchones color carmesí.
Levanté mi remera y ahí estaban los cortes, suturados por hilo de carnicero, aun abiertos y sangrando.
Mi  corazón comenzó a latir con fuerza.
La casa estaba helada…

viernes, 25 de noviembre de 2011

Algo viejo que encontré, de aquellas cosas que escribo con la mente en blanco.


Tengo que volver. No puede ser tan difícil. No era de esta forma y me perdí.
El tiempo pasó, y algo en todo falló. Hoy maté a un ser vivo. No pedía perdón ni lloraba. Consumí lo que le quedaba de alma. Denigré sus sueños, lo dejé sin nada.
El tiempo se hizo más abstracto, sin embargo el pasado sigue estático.
¿Cómo puedo olvidar todo lo que hice? Si los hechos me formaron a lo que soy ahora.
Castigado por lo incierto hacia la misma incertidumbre, y cuando llego no te encuentro.
¿Escondida bajo el alto pasto? No lo creo.
Sea cual fuere la forma, no paro de buscarte.
Desde lo más bajo de mi esperanza, hasta el punto límite de mi muerte, necesito que estés presente, como mi tesoro más preciado, llenando mi cuerpo, corazón y mente (si estos dos últimos como "alma" se refieren).
¿Ya te han dicho "quiero morir a tu lado"?
Antes que eso también quiero decirte "dame un lugar en tu vida".

jueves, 3 de noviembre de 2011

Night Fantasies

No puedo remediar
todo el mal que he hecho.
Y no quiero esconder
con excusas al pasado.

Pero cuando te veo,
ansío que sea diferente.

No puedo recitar
ciertas cosas que han pasado.
El tiempo se encargó
de dejar mi mente en blanco.

Pero cuando te veo,
ansío que sea diferente.
Y cuando te escucho hablar
deseo tenerte...

Sé que puedo hacerte sonreir,
volver a ver tus ojos brillando.
Y cuando llegue la noche más oscura
seré tu luz y tu calor...

No podré recuperar
fotos viejas en las que estamos.
Frío y seco debí ser
para no extrañarte tanto.

Pero al sentir tu perfume,
el calor nace de repente...

Sé que te puedo cuidar,
nadie más podrá hacerte daño.
Consentirte en tu dolor
Dar mi cuerpo para aplacar tu llanto.

Y en la noche con placer,
tomaría de todo tu encanto.
Dejando marcas en tu piel,
hasta el amanecer.

Pero cuando te veo,
sigues dormida y ya no te tengo.
Despierto me quedaré
Night fantasies
no dejaré de tener.

martes, 25 de octubre de 2011

Dividiendo la mente en el trabajo...

... entre lo real y lo irreal...
... entre lo intangible y lo tangible...
... entra la mirada de una supervisión indignada y el compañerismo siempre fuerte, apoyando!...
... el cielo está siempre sobre la tierra... nada cambia.


.................

jueves, 6 de octubre de 2011

El anciano no miente. Confiesa.


Suelo recordar eventos vacios en mi memoria. Cosas que no me pertenecen pero abarcan mi pensamiento.
Ilusiones del mundo perdidas, gente que no existe y situaciones creadas en una mente infantil que, buscando las palabras adecuadas, podrían convertirse en oraciones, buenas oraciones que me permitan formar una serie de cuentos.

Cuando era pequeño amaba mi cama. No era el momento de dormir, no.
Cuando el reloj daba una hora que poco recuerdo, supongo algún horario en el que mis padres me decían que era tiempo de dormir, llegaba a mi cama, con mi par de muñecos favoritos. Y empezaban las historias de aventura.
Tenía misiones, de pronto, el respaldo de mi cama era un centro de mando. Un botón oculto me llevaba al subsuelo, inexistente para ojos reales, de la casa. Una habitación oculta en la que había una gran pantalla, por la cual transmitía señales mi superior al mando, y me facilitaba datos para capturar maleantes, o para recuperar objetos que el gobierno no podía tomar por ciertos problemas que tenían que ver con el mundo real.
Entonces recurrían al niño que era grande y hábil. Inteligente como pocos y por supuesto fuerte, aguerrido y locuaz.
Me acompañaba una dama inexistente de aventuras, con la que tenía sexo desenfrenado luego de complementar mi tarea.
Recuperé tesoros, reliquias antiguas en ciudades desoladas, poco conocidas por las personas.
Sin guerras de fondo, solo yo, mi acompañante y aquellos muñecos que cobraban vida para ser mis ayudantes, muchas veces protagonistas en la resolución de algún problema.
Si, en mi cama había vida, la suficiente como para escribir libros.
Viajé por Egipto, recorriendo médanos de arena caliente, bebiendo cantimploras de agua y sufriendo bajo el sol, para llegar a templos ocultos; descubrir dentro de algunos sectarios que invocaban a fenómenos del más allá que trataban de hacerse la cena con mi carne y la de mis acompañantes.
Siempre ganaba, por algo estoy acá, no?
Visité tumbas que se convertían en pasajes al inframundo, hablé con el mismo Mefistófeles y me negué a recibir la juventud eterna a cambio de toda la sabiduría que el Universo podría brindarme.
Mi alma siempre me perteneció, y siempre volvía a mi cama para hacer el amor antes de quedarme profundamente dormido, sin soñar; para luego despertar e ir al colegio.
No soy uno más, pero aparento serlo. Lástima que esas apariencias luchan por ser reales y ganarme. Hundir al chico no es la solución. Él siempre va a ser fuerte y mientras él exista, yo voy a seguir vivo.

Cuando los misterios se descubran,
Cuando la marea baje mostrando todo su fondo.
Ya no quedará nada que ver,
Y no será necesario disfrutar,
No será necesario vivir.
Porque el mundo se basa en problemas
Y mediante la búsqueda somos felices,
Aunque nuestra piel se llene de rasgaduras preocupadas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Hola a todos!
Me llamo Müller Malkav. Soy cantante en D's Air, me gustan un poco los vídeojuegos, la literatura fantástica, los vampiros, la perversión, el Visual Kei, la tecnología, las situaciones frikis... entre otras cosas.

Aun no tengo en claro de qué se tratará mi Blog. Creo que por el momento escribiré acerca de las cosas que me gustan, de hechos que me hayan marcado en la vida, de lugares que haya visitado... en fin, de lo que escribe el 80% de los usuarios de BlogSpot.

Sinceramente me hice una cuenta aquí porque hace dos días estaba con mi pareja, quien estaba configurando las opciones de sus Blog. Entonces vi que una de las opciones era "Lista de Productos Deseados", con un link que llevaba a un buscador de Google de objetos que uno podría llegar a querer.
Saben qué?
Esa sola opción me compró: Quise comunicarle a la gente las cosas que me gustaría tener y que no tengo por falta de dinero, por ejemplo.
Es verdad, ahora estarán pensando que parezco materialista... bueno, supongo que lo soy un poco, espero que no les moleste esa faceta mía.

Pero lo que quiero destacar en realidad es cómo una persona se ve atraída a cosas por simples detalles secundarios...

Vamos a otro ejemplo.

Yo tengo un Facebook también. Lo uso seguido actualmente: escribo lo que pienso, hago notas, contesto a mi pareja y amigos, subo mis fotos, juego Vampire Wars (otro día hablaré de qué se trata para quienes no conozcan el juego), y un largo etc de cosas que pueden hacerse en Facebook.
Pero la cuenta de Facebook la abrí por un solo detalle: El Buddy Poke.
El Buddy Poke es un personaje en 3D que interactúa con otros personajes creados por tus amigos de Facebook.
Y bueno, me llamó mucho la atención eso y me terminé haciendo la cuenta de Facebook.

YA ESTÁ!

Se me acaba de ocurrir una pequeña consigna para finalizar con mi primer entrada de Blog:

Ahora cuando firmen, me gustaría que comenten esos lugares donde se asociaron, cosas que compraron, juegos que jugaron, lugares donde participaron... lo que sea... Pero que lo hayan hecho por algún detalle secundario de apariencia insignificante para el funcionamiento de la actividad principal a la que se asociaron. Se entiende?
Ya lo empecé yo con mis dos ejemplos de arriba, sigan uds. por favor... y gracias por leer hasta el final.

Hasta pronto!

ByE!!!!


"Acabo de abrir el cofre de mi mente para que examinen a su gusto lo que vayan encontrando dentro de él..."